El término es aun poco conocido, pero cada vez se está popularizando más. Al igual que Amazon o Alibaba venden productos a terceros desde sus plataformas, otras compañías han visto un modelo de negocio en el arrendamiento de parte de sus espacios logísticos. Así, factores como la estacionalidad de los productos o los planes de venta incumplidos da pie a habilitar estas fórmulas.
Norberto González, fundador y director de Flexpacio, describe el modelo de negocio. Esta empresa no dispone de almacenes propios, sino que colabora con terceros para reservar espacios y ofrecer precios competitivos a sus clientes. En una encuesta realizada por esta empresa a más de 20 almacenes descubrieron que el 25% del espacio, de media, estaba sin ocupar.
Los servicios de almacenamiento son esenciales para pymes del mundo del retail, la alimentación, el packaging o la construcción. González afirma que tras la pandemia ha crecido el número de solicitudes vinculadas a la construcción.
Otra empresa que ofrece servicios similares es Dropier. Su cofundador, Pablo Rodríguez, confirma que la logística de almacenaje y transporte se asemeja mucho incluso entre tipologías de empresa que son a priori muy diferentes entre sí.
Ofrecer soluciones inmediatas para el almacenaje
La proliferación de estas empresas está directamente vinculada a la rigidez del mercado inmobiliario. Existen pocas posibilidades de acceder a nuevos espacios de almacenamiento por los mínimos de permanencia o fianza, que generan altos costes.
Nicolás Pérez es codirector general de Washa Logistics. A su juicio, empresas como la suya pueden romper este proceso aportando flexibilidad con una propuesta de valor que ofrece soluciones inmediatas.
Por otra parte, muchas empresas tienden a comprometerse cada vez menos con contratos longevos. Así, desean convertir tantos costes fijos en variables como sea posible. La multilocalización, las propuestas personalizados y el pricing simplificados son los grandes diferenciadores de este modelo de negocio. Ante estos procesos los operadores logísticos individuales no pueden competir.
Norberto González señala que los proveedores de almacenaje tradicional trabajan generalmente con pocas ubicaciones para ofrecer a sus clientes. Este enfoque más al uso dificulta la estimación económica al cliente, pues va de la mano de precios muy complicados y conceptos desagrupados.
Este nuevo concepto de alquiler de espacios es un win win tanto para las pequeñas empresas que no pueden acceder a los operadores tradicionales como para los propios almacenes. Estos últimos ven cubierto un espacio que antes estaba vacío.
Para terminar, desde Washa Logistics insisten en diferenciar entre los servicios de almacenaje de última milla y el resto. Los primeros están muy influenciados por el ecommerce, que ha provocado la expansión de microhubs. En este sentido, Nicolás Pérez también ve oportunidades B2B dirigidas a problemas de última milla que aún están por explotar.