Poco más de cuatro años y medio es lo que ha durado el servicio “Flex” de Amazon. Este programa se puso en marcha en noviembre de 2017, con motivo del Ciber Monday, para activar los repartos de la compañía a través de profesionales autónomos.
El nacimiento de esta iniciativa se produjo en una de las épocas de mayor consumo del año, que es cuando la compañía recibe más quejas de retraso por parte de los suscriptores. En 2022 sigue estando activa la web de “Flex”, pero el servicio supone un 0% de los envíos.
Desde Amazon señalan que se están probando otros programas para encontrar soluciones en el reparto urbano, pero insisten que su negocio no es la última milla, sino la gestión de almacenes.
Un abandono que no afecta en exclusiva a España
El cierre de Amazon Flex también se ha producido en Alemania, el segundo mayor mercado en Europa para la compañía. En unas declaraciones a Bloomberg, fuentes de la empresa han confirmado esta noticia, según leemos en El Confidencial.
Amazon Flex se lanzó en este país prácticamente al mismo tiempo que en España, solo poco después de hacerlo en EEUU y Reino Unido. El fin del servicio coincide con las nuevas leyes que se han aprobado para regular la relación laboral entre plataformas y repartidores.
En España es de plena vigencia la Ley Rider, y la Comisión Europea también está trabajando para promover una normativa similar. El objetivo es sacar a la luz a más de cinco millones de autónomos.
Hasta Glovo, que es la empresa que más reticencias ha puesto sobre la mesa para adaptarse a estas nuevas normativas, parece aceptarlas. La startup catalana fue adquirida recientemente por la empresa alemana Delivery Hero. Y esta última, muy castigada en Bolsa, ha aceptado un acuerdo con el ejecutivo para ceñirse a la legislación vigente y dejar de utilizar autónomos como repartidores.
Las subcontratas como evolución del programa Flex
Desde Amazon están animando a los particulares afiliados a Flex a sumarse a un DSP local. DSP responde a las siglas de socios de servicios de entrega, en inglés. La dinámica de este nuevo sistema es montar una empresa de paquetería pequeña, con una inversión inicial de 30.000 euros, y que sea esta pequeña empresa quien contrate a los mensajeros.
El incentivo es operar con entre 20 y 40 furgonetas para alcanzar unos ingresos potenciales de 1 a 2 millones de euros. La ganancia neta de ese total sería de aproximadamente 100.000 euros al año.
Este programa DSP ya se puso en marcha en Estados Unidos en 2018, pero Amazon ha encontrado roces con grandes empresas de mensajería como UPS. Los DSP son como franquiciados en los que Amazon aporta las furgonetas, el logo, los uniformes, descuentos en gasolina… pero al final solo se puede repartir para ellos.
En un reportaje de Business Insider varios conductores del programa DPS alertaban de que no todo era tan bonito. En ocasiones la cantidad de repartos diarios se aproximaba a los 400, lo que no dejaba tiempo para comer o beber.
Este cambio de Flex a DSP es similar al que han hecho otras empresas como Uber, que recurrió a las flotas de VTC. Amazon ya no trabaja con autónomos, pero la sombra de sospecha sigue planeando sobre el modelo DSP.