El trabajo de oficina en Amazon está bajo peligro. Tras el anuncio hace semanas de que muchos empleados de las oficinas tenían que volver a las instalaciones de Amazon, las protestas se han ido multiplicando.
Ahora son los trabajadores de los almacenes los que muestran solidaridad con sus compañeros. Apoyan estas medidas de presión a la empresa porque aseguran que no tienen nada que ganar si los oficinistas pierden la flexibilidad que les ha dado el teletrabajo.
A su vez, los empleados corporativos de Amazon planean una huelga de una sola hora para protestar contra el intento de la compañía por volver al trabajo presencial. Hace meses la empresa prometió que el teletrabajo se mantendría, de modo que muchos empleados optó por hacer inversiones importantes o cambiar de ciudad imaginando que esta decisión se iba a mantener firme.
Gastos extra por encima de los 200 euros al mes
Eric Deshawn, uno de los afectados por esta nueva política de Amazon, ha calculado que los nuevos costes en su rutina desde que regresara al trabajo en las instalaciones de la empresa suman 200 dólares más al mes.
Y todo para apoyar una política que no parece estar suficientemente bien justificada. Después de tres años con buenos indicadores de producción trabajando desde casa, ahora toca volver a la oficina sin recibir ningún motivo de peso para justificar tal decisión.
Amazon exige acudir al menos tres días a la semana a la oficina. Deshawn es consciente de que muchos trabajadores no pueden optar al teletrabajo, ya que están obligados a acudir a los almacenes. Durante la pandemia, este factor generó una brecha entre empleados que pudieron completar sus jornadas laborales desde casa y los que no tenían esa oportunidad y estaban expuestos a mayores riesgos de contagio por Covid.
Amazon tiene que escuchar a sus trabajadores
En cualquier caso, muchos trabajadores de almacenes y tiendas están mostrando apoyo a sus colegas, señalando que no tienen nada que ganar viendo cómo los empleados de oficina vuelven a las instalaciones perdiendo ese plus de flexibilidad. Anna Ortega, que trabaja en una instalación de la empresa en California y no puede optar al trabajo en remoto, señala que la compañía tiene que escuchar a sus trabajadores.
Por otra parte, no parece ser ese el motivo que lleva a Amazon a imposibilitar el trabajo desde casa. Generar descontento en muchos empleados, que van a perder poder adquisitivo y nivel de bienestar, para igualar a las condiciones de trabajo de otros miembros de la plantilla, puede incidir en una cierta crisis de reputación de la empresa.