Greenpeace ha publicado un informe en el que estudia más de 40 prendas de Shein en Austria, Alemania, Italia, España y Suiza. El objetivo de esta acción es analizar la composición química de los productos a través de un laboratorio independiente.
El informe Los trapos sucios de Shein confirma que de los 47 productos analizados, 7 contenían sustancias químicas peligrosas, y 5 de ellas sobrepasan los límites tope máximos. Además, 15 de esos productos contienen sustancias químicas peligrosas a niveles preocupantes.
Atendiendo a estos datos, la firma china estará incumpliendo la normativa medioambiental de la UE. En concreto, infringe el reglamento europeo relativo al registro, evaluación, autorización de las sustancias y mezclas químicas.
Greenpeace explica que estas prendas ponen en peligro la salud de los consumidores y la del personal que fabrica los productos. Las sustancias analizadas son bioacumulables, no se descomponen o están presentes cerca de niveles no seguros.
La moda, responsable del 20% de la contaminación hídrica en el planeta
Shein, en su negocio puramente online, pone a la venta cada día unos 6.000 diseños nuevos y la mayoría de sus productos están elaborados con plástico. En el catálogo para mujer, de 464.769 prendas, más de 270.000 están hechas de poliéster. Este material es responsable del 35% de los microplásticos presentes en el océano.
La industria de la moda es también la causante del 10% de las emisiones mundiales y del 20% de la contaminación del agua. Sin esa contaminación hídrica se podrían solventar los problemas de acceso al agua de 110 millones de personas durante todo un año.
Falsas expectativas con las prendas recicladas
Shein, que publicita el uso de materiales reciclados en su ropa, recibe una bofetada de realidad con este estudio de Greenpeace. De las 55.000 prendas analizadas para este caso, solo 37 tenían poliéster reciclado y 2 algodón reciclado. Otra investigación, esta de Bloomberg, confirma que las prendas enviadas a Estados Unidos por parte de Shein sí estaban hechas con algodón, pero procedentes de la región de Xinjiang. En este territorio en China trabajan de manera forzosa miles de musulmanes uigur, según afirma Naciones Unidas.
A su vez, varios medios británicos ya evidenciaron la explotación de Shein a sus empleados, a los que obligaba a trabajar en jornadas de 18 horas a cambio de un salario de 4 céntimos por prenda. En cualquier caso, las acusaciones no impiden que Shein siga siendo un gigante de la moda rápida. De hecho, las estimaciones de ingresos para este año apuntan a los 24.000 millones de dólares.