El Estado francés ha aprobado una nueva ley que obliga a pagar tres euros como tarifa mínima para el envío de libros comprados a distancia. La norma afecta a cualquier ecommerce, pero está especialmente pensada para actuar frente a Amazon y otras plataformas en línea como Fnac.
El decreto del Gobierno fija el envío mínimo en tres euros tras atender las demandas de la Autoridad de Regulación de Comunicación Electrónica, Correos y Distribución (Arcep). No obstante, esta tarifa solo afecta a los pedidos inferiores a 35 euros. A partir de esa cantidad, el costo de los gastos de envío tendrá que ser como mínimo de un céntimo de euro.
El Gobierno francés intenta con esta medida animar a los consumidores a adquirir libros en las librerías. Hasta la fecha, Amazon, Fnac y otras plataformas en línea no facturaban más que un céntimo por los envíos de libros.
Una medida insuficiente
El SLF (Sindicato de la Librería Francesa) considera que la nueva regulación es insuficiente. Esta asociación reúne a muchos de los profesionales del sector y denuncia que a los libreros los envíos le cuestan en torno a 7,5 euros de media.
Para Amazon, el decreto puede implicar un posible aumento de precios en sus libros, lo que reducirá las ventas en esta categoría. La ley entró en vigor el pasado 7 de octubre y tiene el sobrenombre de Ley Darcos, por la diputada Laure Darcos, que fue quien la impulsó.
A su vez, esta nueva figura normativa busca evitar lagunas jurídicas a las que acuden habitualmente las grandes compañías. En Francia, los libros escritos en francés mantienen un precio estandarizado desde el año 1981. Así, todos los consumidores pagan cantidades similares por el mismo libro sin importar el vendedor y los descuentos no pueden ser superiores al 5% del precio final.
Amazon muestra su rechazo a la ley
La ley Darcos se suma a la conocida ley anti Amazon de 2014, que prohibía el envío gratuito de libros. La compañía no ha cesado en su empeño de derribar estas iniciativas, y ya en 2021 intentó impugnar la ley Anti Amazon.
Igualmente, este mismo año presentó una denuncia ante el Consejo de Estado francés argumentando que la ley entra en conflicto con los derechos de los consumidores. Por el momento la empresa queda a la espera de la decisión del Consejo. Eso sí, ya ha advertido a sus clientes sobre el aumento en las tarifas de envío.